viernes, 25 de noviembre de 2016

UNA PROPUESTA INDECENTE

─Nunca antes me habían propuesto sexo  tan humillantemente ─sollozó Janet.  Ella tiene 35 años, casi todos dedicados al ballet. Su tristeza resaltaba su belleza. La otra es Patricia, su vecina.

El marido de Janet, José, es un activista contra la dictadura. Janet quiere liberarlo de la cárcel. En la tarde consultó un abogado.  
─¿Cómo fue eso? ─indagó Patricia.
─Le dije que no tengo dinero, que vendería algo, un riñón tal vez. Contestó que tengo mejores cosas que  mi riñón…ya sabes.
─ ¿Eso te dijo?
─ ¡Lo dijo de un modo horrible!
─Pero igual tuviste que aceptar…
─Estoy dispuesta a cualquier cosa por José, pero no pude aceptar. Sólo callé.  
─ ¿Es guapo el tipo?
─Es  feo por dentro y por fuera, con ojos de serpiente que  rebuscan el cuerpo.
─ ¿Qué harás? ─ continuó Patricia.
─Estoy desesperada. Debo a todo el mundo..  Todos los abogados le temen a la dictadura. Al último no le importa porque tiene  contactos.
─¿Y cómo te alivias sexualmente?
─¡Pati!..sabes  que José no está.
─¿Nadie te consuela?
─¡Pati!...
─ Supongo que no,  santurrona. Hazle el gusto al abogado y matas dos pájaros de un tiro.
* * *

El Juez  observó fisuras en  la acusación  y decretó la libertad condicional de José. Janet  fue a recogerlo en el viejo taxi de José.  Ahora era taxista porque facilitaba su lucha.

Antes de ir a casa, celebraron  en un restaurant comiendo de un solo plato.
─Acostarme  aquí contigo…no tiene precio. Dormía sobre un cartón… ─dijo José. Compartieron sus lágrimas antes de fundirse en un solo cuerpo y reconciliarse con la vida. Luego de horas de amarse y comprobar que el otro era cierto, se durmieron.

Alguien los despertó a las 8:15 am.  Era una  amiga de Janet  que le consiguió alumnas de ballet.

Así pasaron 4 días felices.
─Trabajas mucho, Pepe ─dijo Patricia─  El abogado debe haberles costado mucho, por muy admirador de Janet que sea  
─ ¿Por qué dices que es su admirador?
─ Ella me contó que él fue galante.
─ ¿Galante?
─Galante o amable, ya no recuerdo;  ¿acaso estás celoso?
─ ¡No!
─Entonces olvida esa tontería, guapo.
José decidió conocer al abogado. En su expediente estaba su nombre y  dirección.
* * *

Nadie atendía  la oficina del abogado. José se acercó a la tienda  de al lado.
 ─ ¿Sabe a qué hora viene el abogado? ─preguntó José.
─Lo veo pasar pero no conozco sus horarios ─contestó el jovencito. 
─ ¿Es  un buen abogado?
─No lo creo pero  en el siguiente piso hay varios.
─Tengo un asunto delicado que encargar pero a uno honesto ─dijo José.
─No creo que este sirva ─contestó el joven.
─Gracias por informarme ¿Me puedes comentar más?
─Le diré la verdad: odio a ese abogado y trato de espantarle clientes.  Mejor consulte a otra persona. 
─Ayúdame tú. Si dices la verdad no estarás haciendo mal ─dijo José.
─Hmmm  Una vez estuve dispuesto a golpearlo..─dijo el joven─ Es amigo de mi compañero de trabajo. Nos invitó a mirarlo teniendo sexo con una mujer muy bonita que chantajeó. Tiene su oficina preparada.  No le creí por eso seguí a mi compañero. Al llegar me dijo en susurros que el abogado iba a humillar a la mujer, perdón por las palabras, metiéndosela por el culo. Luego escuché que ella chillaba de dolor. No pude soportar eso y regresé  a trabajar pero tampoco pude. Alguien tenía que defender a esa mujer y volví.  Pero mi amigo me hizo notar que esos chillidos eran de placer. Ella no necesitaba defensa,  pero igual el tipo es asqueroso. Eso es todo. ─dijo el joven.
─Sinceramente ya sabía esto. Soy periodista y quiero  lograr que sus víctimas lo denuncien. ¿Tú viste a esa u otras mujeres que pasaron por lo mismo? ─preguntó José.
─Solo a esa mujer, porque  antes también  preguntó por él.
─Ya tengo contacto con algunas de las  posibles víctimas que aún no lo admiten. ─ dijo José. Luego mostró una foto de Janet.
─¿Esta puede ser esa mujer?
─Si es ella ─dijo el joven.
* * *

─ ¿Qué pasó? ¿Estás bien? ¡Estuve aterrada!─dijo Janet cuando apareció José al amanecer.
─ Estuve caminando ─dijo José y la miró  desde el abismo de su desamparo.     
─ ¿Qué rayos te pasa?
─Te acostaste con el abogado. ¿Te atreves a negarlo?
─…
─¿?
─ Es el precio que puso. ─dijo Janet
─Mataré a ese hijo de puta.
─Al menos este desgraciado cumplió. Cuando  me liberaron  un Jefe me dijo que te habían dejado medio muerto y que si me entregaba  te enviaría a un hospital donde podría verte. Me usó como quiso y luego se río de mí.  Tendrías que matar primero a esa mierda, y a los que me violaron el  día de la detención. Mata a todo el mundo y también  a mí….
─Si ese era el precio, yo debía decidir.
─¿Podrías haber lidiado con ese peso y entregarme por tu libertad?.
─ ¿Te agradezco  el “sacrificio” entonces?
─José, ambos hacemos sacrificios por el otro.   
─ ¿Y qué tal si no fue ningún sacrificio?
─José, ¿qué estás diciendo??
─El maldito abogado, además es un exhibicionista. Dejó que los miren más personas y ellos escucharon tus gritos de placer.
─José, ¿Quieres saber si gocé con él?  Olvidemos todo, pero si realmente quieres saberlo…
─Quiero saberlo.  
─ Sólo podré decirlo por escrito.  Regresa en 2 horas. ─dijo Janet.

José obedeció. Al regresar había una nota:
“Nunca entenderás toda mi vergüenza y rabia. Era muy torpe y retorcido. Me hizo mucho daño. Tuve que imaginar que eras tú  y entonces  lo soporté y gocé muchísimo. Tú quisieras que sólo haya sido muy feo. Pagaré con mi vida ese error.  
Busca una mujer digna. Tal vez Patricia. (Le interesas).
Te amo”

José recordó que cuando ella se deprimía decía  que se lanzaría del puente Villena, frente al mar.
Ingresó aprisa a una gasolinera. Al momento de pagar fingió que había extraviado el dinero. Dejó su llanta de repuesto como garantía.  Pareció  buena idea pero cuando faltaban 15 cuadras, un neumático estalló. Abandonó el auto y empezó a correr.   Pudo ver a Janet todavía sobre la baranda distante 180 metros.  Pero su corazón no pudo con el esfuerzo o con las emociones. Y el ángel de la muerte los puso simultáneamente fuera del alcance de la dictadura, de la pobreza, de los abogados y de los desencuentros.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

domingo, 14 de junio de 2009

Nada es nuevo o eterno

Las historias tienen la novedad de las agujas de los relojes que aunque dan la hora oportunamente, siempre transitan por los mismos lugares, en aparente novedad, pero siguiendo el círculo permitido al artilugio mecánico que carece de la libertad de la ruta pero tiene la esclavitud de la cadencia.

Por eso, lo importante no es lo importante, lo que debe pasar, sino aquello que no lo es, eso que por su pequeñez ha burlado al guardián de lo previsible y aporta el sabor distinto que crea la ilusión de novedad. Sin los detalles pequeños, lo grande no lo sería.

Se que mi historia no es nueva, que he muerto ya muchas veces sin haber resucitado ni a los 3 días ni nunca, que la próxima vez no será importante ni siquiera para mi. Reedito todo lo vivido por mi paradójica especie. Los amores entre Romeo y Julieta, César y Cleopatra, Tristán e Isolda, o los amantes de Teruel, entre millones, desfilan dentro mío en presunta primera persona. Pero también el hedonismo insatisfecho de Lord Henry, el amigo de Dorian Grey, junto con el ascetismo, también insatisfecho, de Buda o Pedro Compostelano. La angustia de Malthus empujando los extravíos de Hitler. Todo esto metido en la coctelera en perfecta incoherencia o en imperfecta consecuencia.

Como solo somos cajas de resonancia temporales a códigos permanentes, somos también muy prescindibles. La viuda que llora inconsolable, es solo un fotograma en la película no tan infeliz de la viudez que empieza. Somos tan pasajeros como una cerilla que ilumina una habitación, la mayoría de veces iluminada mejor por otras fuentes. Tal vez un conjunto de conejillos de indias utilizados para probar teorías exóticas o solo imaginaciones pervertidas de un Dios afiebrado.

jueves, 4 de junio de 2009

Fe oportuna


Me gustaría que Dios exista

pero no para adorarle

sino para pedirle cuentas

con el legítimo derecho de no haber pedido ser creado

ni haber dado los detalles de mi entorno.


Me gustaría poder hablar con él.

Le preguntaría porque nuestra capacidad de desear está más desarrollada que nuestra capacidad de conseguir.

Le preguntaría porque hemos sido programados para amar si a la vez no podemos preservar.

Le preguntaría porqué la botella está más vacía que llena, no importa si la vemos desde el lado pesimista u optimista.


Le preguntaría porque nos dio un libre albedrío encadenado y prisionero.

Le preguntaría porque a veces somos más primitivos que los cromagnon y nearthdental.

Le preguntaría porque no se hacen elecciones para tomar turnos en el poder celestial.

Le preguntaría porque permite mi descreimiento desolador mientras los demás disfrutan su opio gratuito.


Y finalmente le preguntaría, cuál será el número premiado de la super lotto.

lunes, 18 de mayo de 2009

A Benedetti




Desde el aleteo de tus libros insomnes

seguirás sonriendo tus poemas graves

y pintando con chocolate generoso

los cafés amargos que la vida nos derrama.

Seguirás prestando voz, a quienes solo tenemos sentimientos

y prestando sentimientos, a quienes solo tenemos pensamientos

y prestando pensamientos a quienes los necesitamos.

Mario, no importan los trámites oficiales de tu cuerpo

porque te trasladaste a tiempo al cuerpo esférico que nos hizo posibles

y a ti te hizo universal.

Muchas gracias por haberme dado el modo exacto en el que yo deseé decir ciertas cosas y no sabía como.

viernes, 15 de mayo de 2009

Sin remordi-miento

Esta es mi segunda primera vez. Esto es más cierto que decir que es mi primera segunda vez que "blogeo" algo.

En muchas ocasiones es "la segunda" la autentica primera vez, siendo la primera solo el camino preparatorio. Mi mejor ejemplo es mi segunda vez, en este caso (al fin) ya refiriendome al tema que todos pensaban cuando hablé de mi "primera vez". Esto es también una prueba de como recién en la segunda se produce muchas veces lo que se espera de la primera.

Mi segunda vez fue planeada y cometida a consciencia. La primera fue un éxito imprevisto dentro de la rutina inicial de intentarlo siempre, que se instala allá por los 14 años de edad. Creo que esa cifra ha bajado ahora pero ese es otro tema que podrá tocarse más adelante. Este es un invento de papel continuo que no parece ser escaso y entonces habrá oportunidad para eso.

No se como he llegado al punto de desnudarme en público solo por seguir la moda de blogear algo. Y no encuentro un botón dentro de los varios útiles que hay, para cerrar el tema decorosamente, o uno que diga "cambiar de tema sin que nadie se de cuenta".

La primera sensación al inicio del abordaje de la segunda vez fue la certeza que no sería la última. La novedad había venido para quedarse y tendría tal capacidad de renovación que conserva su lozanía a pesar que ya no hay novedades posibles.

Las imágenes de aquella segunda vez son más nítidas que otras que surcaron mi mente hace poco relativamente, como si el tiempo se hubiera invertido y lo más cercano fuera lo más lejano y viceversa.

Será tal vez porque, aunque nadie lo sepa, ni siquiera yo mismo puedo aceptarlo, sigo en los 14 aunque los disimule muy bien, o al menos eso crea.

Alguna traviesa cana puede hablar a favor mío, como una cara con tendencia a crecer hacia arriba o el saludo reverente de los demás como yo mismo saludaba siendo parte de ellos a otro especimen nacido mucho antes.

Descubro entonces que cada vez que he dejado complacido al insaciable animal que llevo dentro, las experiencias no toman el último lugar sino que se insertan de modo tal que las primeras veces son a la vez las últimas.

Ellas están ahi, nítidas y al alcance de los recuerdos, y son la prueba de que aunque el mundo cambie mucho, no cambia tanto como para que nosotros cambiemos aquello que no cambiaremos por nada.

Creo que la segunda vez va teniendo más extensión que la primera. Otra similitud. La primera suele ser fugaz y explosiva, como la ruta repentina de un globo de jebe al que se le deja libre como al aire que contiene.

Algo similar pasa con los amores. Conozco personas que recuerdan mucho más al segundo amor que al primero. Sin embargo no me pasa eso porque fui tan precoz que no puedo ahora establecer cual fue el primero o el segundo pero tengo la sospecha que fue cuando me enamoré de la enfermera que participó de la cesárea que me expulsó a este planeta.

Esta entrada está llegando al final y no pude cambiar dignamente de tema para no dar los detalles que confiabas encontrar. Entonces los negaré sin dignidad y sin elegancia. Posiblemente los contaré la segunda vez que lo intente. Si los doy antes, en la primera, no haré mérito a esta entrada dirigida al homenaje de las segundas veces.

jueves, 14 de mayo de 2009

Empezando la cosa

Escribo estas líneas con la misma sensación que tiene quien introduce una nota en una botella -en una isla solitaria- y luego la lanza al mar. Con la vaga esperanza que el mensaje llegue a algún destinatario incluso aunque no sea el destinatario verdadero.

Pero así como no se tiene la certeza del éxito del viaje del mensaje, tampoco se tiene la certeza del propósito de enviarlo. Si fuera vencer la soledad, no parece una buena idea por la asincronía de tiempo entre su escritura y su posible lectura. Cuando aparezca algún probable lector, el autor podría estar muerto. Si fuera dejar un legado, inmortalizar un texto, o algo parecido; sería necesario que el texto tenga un contenido digno de su misión. No es el caso tampoco.

Creo que es solo la magia de la comunicación que en este caso crea un motivo sin haberlo, aunque suene tonto decir eso porque si lo hubiera no sería necesario ni posible crearlo. Pero no encuentro otro modo de expresar la idea y en verdad tampoco estoy convencido que ella exista.

Entonces estoy escribiendo un mensaje sin motivo y sin contenido. Queda de tu parte llenar esos vacíos con el mensaje de respuesta que completará la magia y convertirá en círculo esta línea que se aventura en el tiempo y especialmente en el tuyo.